jueves, 2 de octubre de 2014

UN BLUES EN EL CENTRAL



Por la urgencia de los acontecimientos, me he visto en la obligación de alterar el orden de entradas que tenía previsto  publicar, todo se andará…
Gracias por las sugerencias, opiniones y críticas en relación a las anteriores entradas. Pongo a vuestra disposicion mi cuenta de correo ablueswithagun@gmail.com donde podeís aportar ideas, proponer temas, ponerme a parir, amenazarme o cualquier otra cosa que os haga felices, seguiremos disparando..

 Oigo que  el Café Central corre el peligro de irse al carajo,  bueno o  al menos  eso  se  oye  y se comenta  en la Villa y Corte. Según parece, entre el famoso incremento de los tipos de IVA, la crisis, movidas con los horarios,  presiones municipales y la finalización del contrato del alquiler del local, tiene toda la pinta de que el  prestigioso café dormirá el sueño de los justos y que acabará convirtiéndose  en un “todo a cien”,  un locutorio o tal vez un restaurante de comida rápida a no tardar mucho. Carezco de datos concretos pero tanto si se trata de falta de pericia empresarial como  si se debe  a los motivos anteriores, el Café Central parece estar listo de papeles. 

Una victoria más de nuestro querido, sin duda  legítimo y refrendado  equipo municipal  que lejos de fomentar y apoyar  el cotarro  decidió lanzarse hace años  a esa tan española y sagrada cruzada de elevar la cultura de esta ciudad al nivel  de  Burkina  Faso. Cerrando garitos, multando a salas, y aplicando ordenanzas dignas del III Reich alemán. Siempre más interesado en recaudar  fondos y llenar sus arcas que a dar cabida a las inquietudes de la gente, aunque  tratándose de este país,  como digo, no me extraña lo más mínimo, ya sabéis lo que diría mi abuela…

Vaya por delante  que lamentaría sinceramente que el Central desapareciera. Tanto como  lamentaría que se cerrara cualquier otro club de los que programan música en directo.  Es cierto que nunca he sido un enamorado  ni del Central  ni de sus políticas de contratación, obviamente se trata de  un club de categoría reconocida a nivel internacional, el top de la gama de los clubs de  jazz  y yo, que no soy de Carabanchel por escasos doscientos metros, nunca disfruté demasiado de ese aire de distincion  que allí se respira.

  Por otro lado, el Central ha dado escasa cabida al Blues, que digo yo que también es de Dios. Pocos son los elegidos entre los músicos de blues locales que han disfrutado del privilegio de tocar allí. Vaya usted a saber.. Siempre me dio la sensación de que sea quien sea el que programe (ni lo conozco, ni me interesa) es obvio que debe tener ese trauma que tienen algunos talibanes y pijos musicales que  consideran al Blues como un género menor, o eso o  simplemente es de los que piensan  que no hay glamur en un blues, “hay gente pa tó”, que diría el otro.

Aún  así, y  cumpliendo con el propósito de éste blog, lanzado cual kamikaze empapado de sake  me vais a perdonar la licencia de incomodar y reflexionar “a calzón quitao”.Que conste que yo también firmo manifiestos a favor de la cultura y toda esa mierda que no suele servir para casi nada  salvo para aparentar ser súper guay, seguir yendo cada uno a lo suyo , con  ese punto de postureo tan castizo y que tan cachondo nos pone.  Firma que por otro lado no sirve de nada si no va acompañada  de una reflexión  en busca de respuestas y en consecuencia, de posibles soluciones.

Es obvio que cada uno puede firmar lo que le de la gana,  faltaría mas....incluso sin leerlo. Solo que si de verdad queremos cambiar las cosas, si de verdad nos preocupa la cultura, empecemos por nosotros mismos, la cultura hay que pagarla. Así están las cosas.Se acabó el rollito de oír música en directo por la cara y quejándose del precio de las copas. Para que las salas sigan adelante y los músicos sobrevivan hay que aflojar amigos, hay que reclamar cultura consumiéndola, solo así se puede exigir cultura de calidad, solo así se puede distinguir el polvo de la paja.
De nada vale firmar un manifiesto si te infartas cuando tienes que pagar por oír un Blues, si, aunque sea en el Café Central.


Yo disparo

 

 









No hay comentarios:

Publicar un comentario