jueves, 11 de diciembre de 2014

LA COSA NOSTRA ( primera parte )


Anda el patio revuelto en tiempos de zozobra, una melé insoportable, una casa de putas de tercera regional con vistas al descampado. De esas de carretera comarcal con luces de neón y chinches en la cama. Caldo de cultivo donde campan a sus anchas rufianes de medio pelo,  pícaros con ínfulas de estrella, soplagaitas ignorantes, jovencitos pretenciosos y trepas de las más variadas procedencias.
 Sin olvidar a esas benditas glorias de pretérito casposo y salchichero que lejos de dar ejemplo de profesionalidad y buen hacer, salpican las noches madrileñas trabajando, como diría la madre de mi padre, a "pedo puta" sin el más mínimo rubor. 

 Un juke joint decadente y soez  donde el volumen de la música no permite un mínimo de reflexión antes de seguir con la fiesta o tal vez antes de que sea demasiado tarde y salten los plomos sin remisión.

La Cosa Nostra peligra amiguetes, el circuito tal y como lo conocíamos, lejos de mejorar y avanzar se degrada día a día. Sin códigos mínimos de conducta, sin más normas que un “salvase quien pueda” pujando a la baja como si del "rastrillo" de mi barrio se tratara.

 El gremio de músicos mientras, anda bastante cabreado como es normal cuando se es el pito del sereno, papel que por otro lado, lleva con sorprendente abnegación  y mansedumbre , cual resignado paciente en posición genupectoral sometido a tacto prostático. Cada uno intenta salvar el culo por su cuenta (complicado salvarlo en esa posición),  sin preguntarse hasta donde va llegar todo esto, ¿Cuánto falta antes de que la sangre llegue al río y toque lamentarse?, ¿Cuanto queda para  acabar  de perder la poca dignidad que aún  queda?, eso, a quién le quede, claro está., me consta que hay algunos que deben de haberle cogido gustillo a los guantes de látex...

Por otro lado y curiosamente hay cada día más bandas, más jams, mas eventos, hay gente de enorme talento y calidad, incluso iniciativas interesantes pero en lo sustancial, esto es un “maricón el último”, El caos es directamente proporcional al movimiento en escena. Lo cierto es que estamos bastante peor que hace diez años, en la raíz se nos pudre el árbol, La cosa nostra en realidad no es nuestra, es "la cosa", la de cada uno, al menos hasta que no se demuestre lo contrario.

Para el despistado que no se haya enterado aún, los tiempos que corren son jodidos y no parece que vaya a haber capacidad de adaptación ni organización para afrontarlos. Podemos seguir mirándonos el ombligo pero la alarma lleva sonando desde hace rato señores y nosotros, de parranda.
 Ésta ciudad  fue en otro tiempo referente cultural,  hoy no la conocería ni su puñetera madre. Se ha convertido en un cenagal insufrible de propuestas culturales lamentables, seleccionadas desde el poder municipal o desde la iniciativa  privada más despiadada ,que solo apuesta a caballo ganador,  para deleite de borregos y mentes planas. 

Un público...me sabe mal decirlo..., en general ,con escasa inquietud cultural o escasa cultura cuando no ambas combinadas, acostumbrado a disfrutar o ignorar, dependiendo de los casos, una cultura en otro tiempo subvencionada y que hoy pone el grito en el cielo cuando hay que soltar la mosca si toca ver música en  directo pero que sin embargo,  paga religiosamente su entrada en el cine o en algún musical de moda y por descontado afloja su copa como está mandao si se tercia ir a "tomarla" al bar de moda. 
Eso por no mencionar si "su equipo" de fútbol les insta a acudir al campo, con sus camisetitas y sus himnos y esa sensación tan bonita de sentirse parte de algo y que pagan encantados el importe de la entrada que viene a ser el  equivalente en términos anatómicos a  medio riñón y parte del otro (creo que se pueden vivir incluso con medio) para no quedarse fuera del cotarro y no ser menos que nadie. Porque nos han contado que hay que ser blanco o negro, rico o pobre, rojo o facha, del Madrid o del Barça y que lo independiente molesta, el criterio individual no mola nada ¡Cojones!, lo crítico, toca los huevos malamente, tú. 

Como decía, La Cosa Nostra peligra, la cosa se nos va al carajo queridos, cuesta abajo y a toda ostia, bien merece un poco de reflexión y menos fuegos artificiales que luego se nos queman las pestañas.... Aquí va mi aporte, mi disparo, ¿quién sabe? Seguramente no valdrá para nada pero al menos yo haré lo que tengo que hacer.

Yo disparo


 Continuará...










 












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