LCN Segunda parte
La Cosa Nostra es fiel reflejo, como no podía ser de otra manera, de éste sin Dios que vivimos. Eso que viene a ser la vida real, vaya, el día a día en un sitio como éste.
Narcotizados por la televisión, embobados pendientes del fútbol o cotilleando la vida del prójimo, enganchados a cualquier invento que nos mantenga entretenidos, fuera de combate, aborregados, encantados de habernos conocido, adictos a una vida sobre tecnificada, esa que parece pero que no es y que la venden como real e indispensable.
Aturdidos como conejos a los que les han dado las largas.
El panorama del Blues en mi ciudad es desolador. La Cosa Nostra como decía, es fiel reflejo y suma de nuestro carácter castizo y del tiempo que nos ha tocado vivir. Éste, que hemos aprendido a asimilar cabizbajos, obedientes, desorganizados con resignación hispana cual reata de bueyes iletrados pero con Iphone y 4G (como si los bueyes leyeran).
Atemorizados, esperanzados en que en algún momento nos ilumine el espíritu santo. Que el camarero del bar de abajo nos regale ese décimo de lotería que nunca llegamos a comprar o simplemente aguardando a que escampe y poder salvar el culo de manera individual. No vaya a ser que si hacemos mucho ruido nos jodan a nosotros también la poca miseria que nos dejan conservar. Coño y al menos mantener el ridículo papel que hemos decidido interpretar, eso sí, en paz, y sin pensar mucho que luego vienen las cefaleas y la liamos.
No sé..., igual nos caga el palomo con un par de bolos mal pagados o una vez por semana hacer el negociete a la sala de turno organizando una jam en el mejor de los casos o participando en ella, haciéndole gasto al de la barra. Porque nosotros lo valemos coño, porque hay que estar ahí aunque sea para hacer bulto y llenarle la caja a ese emprendedor de la noche, que se la suda el Blues, los músicos, el arte y la madre que parió al demonio pero que anda escaso de ideas últimamente si es que alguna vez las tuvo y que promete por el mismísimo Niño Jesús subir el caché de los músicos diez pavos si la cosa empieza a funcionar.
Lo sé, querido..., la cosa no está para ostias y si no la pillas tú, ya vendrá algún espabilado que trinque la bola, y te coma la tostada incluso por menos pasta, aún así, por ahí vamos mal, rey. En serio, no tengo nada en contra de las jams ni de la gente que las hace, son compañeros al fin y al cabo, a los que salvo contadas excepciones, tengo aprecio y respeto. Que digo yo que habrá que comer aunque sea poco ¿no?
En definitiva, nada en contra siempre y cuando hacerlas, no vaya en detrimento ni de la calidad artística (no hay que olvidar que hablamos de arte, le pese a quien le pese y deben ser los artistas los llamados a dignificarlo), ni de unas mínimas condiciones laborales, esto último , subrayado, en negrita, con retranca y por tocar los huevos que estoy teniendo un momento nostálgico y sigo creyendo vivamente en la reivindicación de unas condiciones laborales que no sean las mismas que las que tienen en Tailandia.
Que para eso somos progresistas de la ostia e hijos y nietos de obreros (al menos yo) y a mucha honra, que a mí lo de las banderas me la sopla con viento de poniente pero mis derechos que no me los toque ni Dios.
Que nadie se me ofenda y que cada palo aguante su vela, si alguno siente picor, ¿qué vamos a hacer?, ya lo lamento, que deje los ajos, solo él puede saber el por qué del prurito
.
En otro orden de cosas. Los bares y salas que en otro tiempo apostaban por la música en directo, cierran o abandonan el barco antes del naufragio. Los que sobreviven pese a multas, licencias que nunca llegan o sanciones municipales, salvo contadas excepciones, que las hay , intentan hacerlo a la española, sacar el beneficio de las costillas del trabajador, en éste caso de las del músico, como está mandao, por la gracia de Dios.
Ahora viene la pregunta del millón ¿Porqué si tengo un negocio cuya fuente de ingresos proviene de la música en directo, no cuido, fomento, promuevo e incremento esa misma fuente de ingresos? La he puesto fácil , de perogrullo ¿eh?. Efectivamente, se llama mentalidad empresarial española.
Conozco al menos un par de casos en los que la sala o garito en cuestión saben que es lo que venden y actúan en consecuencia , ofertan, promueven y se buscan la vida de manera honesta, benditas excepciones.
En lo general, me temo que nos enfrentamos a cuatro tiracañas metidos a empresarios de la noche que lejos de buscar opciones interesantes y de calidad, imponen una jam como mucho, llegado el caso y ya con el agua al cuello. Incluso hay quien haciendo alarde del no va más de la "innovación empresarial" programa bandas noveles que le peten la sala. Que le garanticen el pan para hoy y el hambre para mañana sin cuestionarse en absoluto, el más mínimo nivel de calidad artística o la vulnerabilidad de su línea de negocio dados los tiempos que corren.
Aunque bien mirado, igual primero deberían saber que es una línea de negocio.Una puta pena amigos, creo que ya lo he dicho alguna vez, lo malo de este país es que está lleno de españoles.
En cualquier caso y bajo mi punto de vista, la piedra angular en esta Cosa Nostra, nos guste o no, son los músicos. Especie peculiar donde las haya, rebeldes y contestatarios en otro tiempo, han sido absorbidos junto con todo lo demás por un sistema que les impide profesionalizarse pero que perversamente les reserva un magnífico instante de gloria en las redes sociales. Lo inmediato, la foto, los cincuenta pavos de hoy y los treinta de mañana, sordos, tontos y mudos. Eso sin olvidar el intrusismo laboral tan en boga en tiempos de crisis.
El hambre agudiza los sentidos, querido Lázaro, cualquiera toca, da clases o vende humo, cuestión de hocico supongo, hay que llenar la barriga y si no, al menos masajearse el ego de vez en cuando. Hay que joderse, yo canto, tú cantas, él canta, el talento crece hasta debajo de las aceras últimamente.
Hablando de cantar y con la que está cayendo, en lugar de hacer piña y aunar fuerzas, algunos mantienen encendidos debates sobre el sexo de los ángeles y si el Blues se tiene que cantar en inglés o en español.
Y digo yo que habrá cosas buenas y bien hechas pero acaso, ¿Mola una mierda de letra en un blues cantado en español aunque sea con acento de Valladolid? Y lo que es más preocupante ¿sin fraseo de blues? Joder, ¿soy un talibán? ¿Soy anti español?, ¿bobo tal vez? Esto último puede pero, tal y como yo lo veo, solo depende del ingenio y del arte que se le ponga, otra cosa será que se venda mejor o peor.
Por otro lado ¿Alguien entiende a la mayor parte de los cantantes patrios atacando una letra en inglés? que digo yo que cantarán en inglés, porque repiten mucho eso de "baby, baby" al final de cada verso. Eso sí, con acento de Carabanchel que ese si que lo entiendo de lujo. ¿Alguien cree que con un nivel de CCC básico se puede hacer creíble lo que cantas?.
He visto a mas de un guiri poner ojos de chino en algún local del circuito mientras intentaba descifrar que coño estaba diciendo el tipo del micrófono.
La polémica sobre el idioma a usar me parece de instituto, la batalla está en otro lado, creo que todo cabe y es válido en la medida que sea bueno. Aquel que decide cantar en un idioma o en otro ha de asumir las consecuencias y burlárselo como mejor pueda o sepa.
Quiero pensar que el público, en definitiva, decide lo que le gusta y lo que no, juzga con mas o menos criterio lo que le parece autentico o cutre. En resumen, no veo ninguna conspiración judeo masónica por ningún lado.
Me da que detrás de este absurdo e inútil debate subyacen otro tipo de intereses mas particulares y menos artísticos o filológicos, rencillas personales que a mí, en ningún caso me interesan mas allá de destapar determinadas intenciones y decir básicamente lo que me venga en gana.
Sé que el cuadro que pinto no es muy esperanzador, patético y cutre mas bien, podríamos decir que dan ganas de no mojarse ni los tobillos, que esto está que pela. Le entran a uno ganas de salir corriendo y dedicarse tan solo a seguir tocando los huevos sin más y echarnos unas risas, que eso se nos da de puta madre, a mí el primero.
Podría permanecer impasible y dejar que esto se nos pudriera entre las manos, que se nos siguiera llenando la boca de quejas y reivindicaciones gremiales cual convidados de piedra, mientras nos tomamos una copa en La Coquette y ponemos a parir a éste y al otro...
Siempre es inteligente guardar algo de munición por si las moscas, al menos eso dicen en las pelis de gangsters, lo dicho, mas balas y conclusiones en la tercera y última parte.
Yo disparo
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