Por la urgencia de los acontecimientos, me he visto en la obligación de alterar el
orden de entradas que tenía previsto
publicar, todo se andará…
Gracias por las sugerencias, opiniones y críticas en relación a las anteriores entradas. Pongo a vuestra disposicion mi cuenta de correo ablueswithagun@gmail.com donde podeís aportar ideas, proponer temas, ponerme a parir, amenazarme o cualquier otra cosa que os haga felices, seguiremos disparando..
Oigo que el Café Central corre
el peligro de irse al carajo, bueno o al menos eso se oye y
se comenta en la Villa y Corte. Según parece, entre el famoso incremento de los tipos
de IVA, la crisis, movidas con los horarios, presiones municipales y la finalización del
contrato del alquiler del local, tiene toda la pinta de que el prestigioso café dormirá el sueño de los
justos y que acabará convirtiéndose en un
“todo a cien”, un locutorio o tal vez un
restaurante de comida rápida a no tardar mucho. Carezco de datos concretos pero
tanto si se trata de falta de pericia empresarial como si se debe
a los motivos anteriores, el Café Central parece estar listo de papeles.
Una victoria más de nuestro querido, sin duda legítimo y refrendado equipo municipal que lejos de fomentar y apoyar el cotarro
decidió lanzarse hace años a esa
tan española y sagrada cruzada de elevar
la cultura de esta ciudad al nivel de Burkina
Faso. Cerrando garitos, multando a salas, y aplicando ordenanzas dignas
del III Reich alemán. Siempre más interesado en recaudar fondos y llenar sus arcas que a dar cabida a las
inquietudes de la gente, aunque tratándose
de este país, como digo, no me extraña
lo más mínimo, ya sabéis lo que diría mi abuela…
Vaya por delante que lamentaría
sinceramente que el Central desapareciera. Tanto como lamentaría que se cerrara cualquier otro club
de los que programan música en directo. Es
cierto que nunca he sido un enamorado ni
del Central ni de sus políticas de contratación, obviamente se trata de un club de categoría reconocida a
nivel internacional, el top de la gama de los clubs de jazz y yo, que no soy de Carabanchel por escasos doscientos metros, nunca disfruté demasiado de ese aire de distincion que allí se respira.
Por otro lado, el Central ha dado escasa cabida al Blues, que digo yo
que también es de Dios. Pocos son los elegidos entre los músicos de blues locales que han
disfrutado del privilegio de tocar allí. Vaya usted a saber.. Siempre me dio la sensación de que sea quien sea el que
programe (ni lo conozco, ni me interesa) es obvio que debe tener ese trauma que tienen algunos talibanes y pijos musicales
que consideran al Blues como un género menor,
o eso o simplemente es de los
que piensan que no hay glamur en un
blues, “hay gente pa tó”, que diría el otro.
Aún así, y cumpliendo con el propósito de éste blog, lanzado
cual kamikaze empapado de sake me vais a
perdonar la licencia de incomodar y reflexionar “a calzón quitao”.Que conste
que yo también firmo manifiestos a favor de la cultura y toda esa mierda que no
suele servir para casi nada salvo
para aparentar ser súper guay, seguir yendo cada uno a lo suyo , con ese punto de postureo tan castizo y que tan cachondo nos pone. Firma que por otro lado no sirve de nada si no
va acompañada de una reflexión en busca de respuestas y en consecuencia, de posibles soluciones.
Es obvio que cada uno puede firmar lo que le de la gana, faltaría mas....incluso sin leerlo. Solo que si de verdad queremos cambiar las cosas, si de verdad nos preocupa la cultura, empecemos por nosotros mismos, la cultura hay que pagarla. Así están las cosas.Se acabó el rollito de oír música en directo por la cara y quejándose del precio de las copas. Para que las salas sigan adelante y los músicos sobrevivan hay que aflojar amigos, hay que reclamar cultura consumiéndola, solo así se puede exigir cultura de calidad, solo así se puede distinguir el polvo de la paja.
De nada vale firmar un manifiesto si te infartas cuando tienes que pagar por oír un Blues, si, aunque sea en el Café Central.
Yo disparo
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