UN BLUES CON REVÓLVER
domingo, 7 de febrero de 2016
HARRY A LAS PUERTAS (DE LA COQUETTE)
Tiempos extraños, supongo que voy convenientemente transmutándome en un carcamal de ceño fruncido. Atónito la mayor parte de las veces y escéptico casi siempre con el entorno pese a los años acumulados. La edad sin embargo, no ha conseguido arrebatarme las ansias de seguir aprendiendo del género humano y de sus locuras y excentricidades, imagino que es la mejor manera de aprender de las mías propias.
Precisamente había sido mi cumpleaños, un año mas o un año menos, depende de la perspectiva y habíamos ido a celebrarlo a La Coquette sin dudarlo. La cabra tira al monte y en realidad daba igual quien estuviera tocando esa noche.
Me sorprendió verle acompañado solamente por un batería, bastante bueno por cierto, me pregunté donde estaría el resto de la banda. ¿Estarían fuera fumando?. ¿Los habría despedido justo antes del bolo? ¿Acaso pensaba tocar él todos los instrumentos a la vez? Sonaba blues rancio, sucio y viejuno, práctico, con caché para dos, aderezado con diferentes influencias y aunque no todas muy afortunadas, la esencia flotaba en el ambiente, ese blues que casi nadie hace en esta ciudad como él, lo cortés no quita lo valiente.
La Coquette abarrotada y allí estaba yo apoyado en el arco de la entrada, deleitándome curioso en el espectáculo cuando entre estrofa y estrofa y percatándose de mi presencia, me dedicó un bonito verso, algo improvisado con un punto de inconexo y que acababa en la palabra "mierda". En ese mismo instante tuve la revelación de que iba a ser una noche divertida.
"Tienes suerte de que yo no sea una persona violenta", dijo ostensiblemente nervioso a la salida mientras miraba de soslayo a quien parecía ser su novia. Acto seguido y sospecho que alentado por la misma así como por las cervezas que aparentemente llevaba puestas me espetó, "¿Cómo puedes tener cojones de escribir sobre mí en ese blog de mierda que haces?, ¿Tú quien coño eres?. Eres un maricón que canta como el culo y un mal periodista". Eso sí, lo dijo con ese bonito acento galaico que consigue suavizar cualquier palabra gruesa, meciendo cada frase como si de una nana se tratara y yo, acunado y estupefacto a partes iguales por tamaña batería de lindezas intenté reconducir el monólogo hacia un terreno mas racional, resulto inútil. Aguanté el tirón tanto como pude e intenté mantener la compostura hasta el límite y eso, viniendo de alguien que se ha criado a escasos doscientos metros de Cañorroto tiene su mérito, no se vayan a creer.
En este tipo de situaciones toca asumir haberse puesto en el punto de mira voluntariamente y lo menos que se puede hacer es permitir que el desahogo lo lleve a cabo el aludido sin interrupción alguna. No tanto por respeto o condescendencia sino mas bien por aquello de ver qué cartas enseña y hasta donde quiere llevar el asunto. En este caso la pataleta no duró demasiado y si bien es cierto que tras el repertorio de insultos e improperios que dedicó a mi persona, intenté argumentar y explicar mis intenciones respecto a la entrada que había escrito sobre él hacía ya algún tiempo y apelando a sus capacidades cognitivas, recomendándole hacer lectura comprensiva de lo escrito, cualquier intento resulto en vano.
Mi en otra hora admirado blues man, a las puertas de La Coquette, marco incomparable, se había convertido en una suerte de Harry el sucio dispuesto a limpiar su nombre y su honra con el revólver cargado de exabruptos y frases inconexas de manera casi infantil, llevado con toda seguridad por una explosiva mezcla de cerveza, adrenalina, honra mancillada y ego superlativo, después del bolo.
"Un mal día lo tiene cualquiera", como dice mi primo. Me temo que la anécdota solo sirvió de chascarrillo y cotilleo divertido para el público asistente, algo que llevarse a la boca sin mas un día cualquiera de una semana cualquiera en el patio de vecinas que es demasiadas veces este mundillo. Un lugar donde los mediocres se llaman "maestro" entre ellos y miden su éxito en "me gustas", donde se reparten abrazos y mojadas albaceteñas a partes iguales. Para mí, que tengo la manía de pelear por causas perdidas fue una pequeña derrota, el personaje había devorado a la persona y la balanza se inclinó del lado oscuro, "para uno que hay, va y se muere".
Puede que esté equivocado, puede esto no me reporte mas beneficio que el placer propio de decir lo que pienso y pensar lo que escribo en la medida de mis posibilidades y eso amiguetes, es mucho mas de lo que muchos pueden decir. Me reservo el derecho a opinar y mojarme pase lo que pase no por valentía sino por hartazgo. Cualquiera que tenga los arrestos de subirse a un escenario y tener un nombre mas o menos público es susceptible de crítica y opinión y eso me incluye a mí.
Seguiré diciendo y escribiendo lo que me venga en gana pese a las amenazas y advertencias que me profirió aquel día. Me quedo con el talento y con quien lo imparte pese a todo en estos tiempos tan extraños, a pesar de mi ceño fruncido y mis años acumulados, si es preciso defenderé mi derecho a espada o florete si se me reclama satisfacción, aunque si me dan a elegir...
Yo disparo
lunes, 27 de julio de 2015
DE FESTIVALES Y VERBENAS
La distancia que separa lo cutre de lo brillante es extremadamente difícil de
discernir estando amodorrados. Como recién levantados de una siesta o en una
suerte de estado vigilia en la que a uno le da igual ocho que ochenta el
resto del universo. Donde nuestro único interés se concentra en conciliar ese tan
deseado y reparador sueño que no parece llegar nunca.
En el mejor de los casos, suele ser fruto de un criterio subjetivo, aleatorio y sujeto a modas y tendencias pasajeras. Separar el polvo de la paja se convierte en tarea ardua y fatigosa, un pesado camino que casi nadie a estas alturas está dispuesto a recorrer. Solemos conformarnos con lo que nos venden por ignorancia, comodidad o simplemente vagancia. Tal vez estemos demasiado ocupados en llevar lo mejor posible nuestras grandes existencias disfrutando de esa sin par y agradable sensación que produce no pensar demasiado y que te lo den todo mascado.
Que cada uno separe el polvo de la paja como mejor le convenga o que solamente lo deje estar. En realidad, se haga lo que se haga, mucho me temo que las cosas no tienen pinta de cambiar o tal vez, sea mucho más divertido que todo siga como está.
Así las cosas y ya que pasaba por aquí después de algún tiempo, resulta tentador lanzarse a degüello y cortar un par de trajes a medida a alguno de esos eventos tan veraniegos y tan celebrados por el aficionado que son los ya tradicionales festivales de Blues. Y si, digo cortar algún traje porque no sería justo cortar trajes para todos o al menos hacerlo con las mismas medidas. Nada personal. Por Dios, que nadie se me ofenda.
Como decía, separar el polvo de la paja suele ser ejercicio arenoso, aunque en lo relativo a este tema es bastante fácil, casi obvio, de Perogrullo vaya. Basta echar un vistazo a algunos carteles para darse cuenta que de Blues como tal, tienen poco o más bien nada y mucho de postureo y pose postiza. Un cajón desastre donde cabe prácticamente todo envuelto en papel de regalo con lacito azul.
Estrategia comercial dicen que se llama. Le plantas la palabra Blues al invento y lo vendes de lujo. ¿Dónde va a parar?. Contratas a un Fito o a un Calamaro, que ya me dirás tú, que clase de blues hacen éstos pero que tienen tirón y capacidad de atraer público cautivo y luego te fumas un puro sin pestañear pagando unos caches miserables a las bandas de aquí. Que ya sabemos todos que son una reata de pringaos y unos tuercebotas, salvo amistosas excepciones, claro está y ya casi tienes montada la verbena.
Eso en el mejor de los casos, porque si la afortunada banda nacional elegida en cuestión tiene que negociar las condiciones y bregar con ese famoso promotor y manager, con ese Lorenzo de Medici del blues patrio, con apellido de santo y maneras de bucanero, apaga y vámonos. Criaturitas, tendrían más suerte en un centro de acogida de Ceuta o Melilla tras haber saltado a este lado la valla o en una noche de turismo por la Cañada Real.
Y ya aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, le sueltas un pastón de aquí no te menees a alguna estrellona internacional en claro declive que anda dando tumbos por Europa y que de otra manera no hubiera metido a cincuenta personas en cualquier sala digna de llamarse de ese modo y le endosas una banda local de acompañamiento para aguantarle el tirón, que ya sabemos que para un roto siempre hay un descosido. Y ya si eso, rematas la faena trincando a alguna banda extranjera que no la conoce ni su santísima madre, una de esas que ni chicha ni limoná pero que como hablan inglés y son guiris seguro que molan . Seguimos a la vanguardia del paletismo más refinado....En este país de innovadores, espero al menos no estar dando ideas a alguno.
Como decía, complicado eso de discernir la calidad del mercadeo más zafio, no obstante, mi conclusión es clara. Me consta que hay buenos festivales de Blues, donde el tamaño NO necesariamente importa, donde se programa Blues en sus múltiples formas y modos y en los que no es necesario vender el alma al diablo para hacer un trabajo digno y coherente. Aunque algunos los califiquen de festivales "Low Cost", no es necesario ponerle la palabra blues delante a un evento que carece de este género en un ochenta por ciento, de otro modo, se corre el riesgo de que se convierta en un parque de atracciones en el mejor de los casos o en una verbena perpetrada por engañabobos en el peor de ellos. No sé, igual son manías mías pero a mí siempre me sirvió eso de "Al pan, pan y al vino, vino", cosas de mi abuela supongo.
Igual es simplemente este calor infernal o tal vez sea mi tendencia natural a pisar charcos por deporte. Lo cierto es que soy consciente de que nada de esto importa un carajo y que otra cosa no, pero con lo que nos gusta la farra, compramos cualquier cosa que nos suene a fiesta y desparramo. Da igual que sea Blues o música Balcánica, el caso es tener la excusa y la ocasión para desarrollar nuestras tradicionales dotes fiesteras sin pararnos a exigir unos mínimos requisitos antes de comprar lo que nos venden. Por cierto, no olvidéis pillar la camiseta conmemorativa del evento que queda tela de fardona con los colegas.
Un último apunte amiguetes y ya adelantando el tema que trataré en la próxima entrada. Me faltó este año un Eric Sardinas o un Bonamassa de esos de los guapos que se suelen contratar como cabeza de cartel y que convocan a todos esos viejos e incombustibles rockeros. Porque si hay algo que no puede faltar en un evento de éstos es un "Guitar Hero" metido a bluesman soba mástiles portando con orgullo el estandarte de Blues-Rock, Power-Blues o cualquier otra sandez parecida que le permita cubrir el veranito y hacer caja. Ya sabéis…hay que ser ecléctico y no un maldito talibán como yo, así que id soltando vuestras melenas al viento que yo ya llego un poco tarde…
Lo dicho, ¡¡ Larga vida al Rock!! Y si es Blues-Rock festivalero, mejor que mejor.
Yo disparo
En el mejor de los casos, suele ser fruto de un criterio subjetivo, aleatorio y sujeto a modas y tendencias pasajeras. Separar el polvo de la paja se convierte en tarea ardua y fatigosa, un pesado camino que casi nadie a estas alturas está dispuesto a recorrer. Solemos conformarnos con lo que nos venden por ignorancia, comodidad o simplemente vagancia. Tal vez estemos demasiado ocupados en llevar lo mejor posible nuestras grandes existencias disfrutando de esa sin par y agradable sensación que produce no pensar demasiado y que te lo den todo mascado.
Que cada uno separe el polvo de la paja como mejor le convenga o que solamente lo deje estar. En realidad, se haga lo que se haga, mucho me temo que las cosas no tienen pinta de cambiar o tal vez, sea mucho más divertido que todo siga como está.
Así las cosas y ya que pasaba por aquí después de algún tiempo, resulta tentador lanzarse a degüello y cortar un par de trajes a medida a alguno de esos eventos tan veraniegos y tan celebrados por el aficionado que son los ya tradicionales festivales de Blues. Y si, digo cortar algún traje porque no sería justo cortar trajes para todos o al menos hacerlo con las mismas medidas. Nada personal. Por Dios, que nadie se me ofenda.
Como decía, separar el polvo de la paja suele ser ejercicio arenoso, aunque en lo relativo a este tema es bastante fácil, casi obvio, de Perogrullo vaya. Basta echar un vistazo a algunos carteles para darse cuenta que de Blues como tal, tienen poco o más bien nada y mucho de postureo y pose postiza. Un cajón desastre donde cabe prácticamente todo envuelto en papel de regalo con lacito azul.
Estrategia comercial dicen que se llama. Le plantas la palabra Blues al invento y lo vendes de lujo. ¿Dónde va a parar?. Contratas a un Fito o a un Calamaro, que ya me dirás tú, que clase de blues hacen éstos pero que tienen tirón y capacidad de atraer público cautivo y luego te fumas un puro sin pestañear pagando unos caches miserables a las bandas de aquí. Que ya sabemos todos que son una reata de pringaos y unos tuercebotas, salvo amistosas excepciones, claro está y ya casi tienes montada la verbena.
Eso en el mejor de los casos, porque si la afortunada banda nacional elegida en cuestión tiene que negociar las condiciones y bregar con ese famoso promotor y manager, con ese Lorenzo de Medici del blues patrio, con apellido de santo y maneras de bucanero, apaga y vámonos. Criaturitas, tendrían más suerte en un centro de acogida de Ceuta o Melilla tras haber saltado a este lado la valla o en una noche de turismo por la Cañada Real.
Y ya aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, le sueltas un pastón de aquí no te menees a alguna estrellona internacional en claro declive que anda dando tumbos por Europa y que de otra manera no hubiera metido a cincuenta personas en cualquier sala digna de llamarse de ese modo y le endosas una banda local de acompañamiento para aguantarle el tirón, que ya sabemos que para un roto siempre hay un descosido. Y ya si eso, rematas la faena trincando a alguna banda extranjera que no la conoce ni su santísima madre, una de esas que ni chicha ni limoná pero que como hablan inglés y son guiris seguro que molan . Seguimos a la vanguardia del paletismo más refinado....En este país de innovadores, espero al menos no estar dando ideas a alguno.
Como decía, complicado eso de discernir la calidad del mercadeo más zafio, no obstante, mi conclusión es clara. Me consta que hay buenos festivales de Blues, donde el tamaño NO necesariamente importa, donde se programa Blues en sus múltiples formas y modos y en los que no es necesario vender el alma al diablo para hacer un trabajo digno y coherente. Aunque algunos los califiquen de festivales "Low Cost", no es necesario ponerle la palabra blues delante a un evento que carece de este género en un ochenta por ciento, de otro modo, se corre el riesgo de que se convierta en un parque de atracciones en el mejor de los casos o en una verbena perpetrada por engañabobos en el peor de ellos. No sé, igual son manías mías pero a mí siempre me sirvió eso de "Al pan, pan y al vino, vino", cosas de mi abuela supongo.
Igual es simplemente este calor infernal o tal vez sea mi tendencia natural a pisar charcos por deporte. Lo cierto es que soy consciente de que nada de esto importa un carajo y que otra cosa no, pero con lo que nos gusta la farra, compramos cualquier cosa que nos suene a fiesta y desparramo. Da igual que sea Blues o música Balcánica, el caso es tener la excusa y la ocasión para desarrollar nuestras tradicionales dotes fiesteras sin pararnos a exigir unos mínimos requisitos antes de comprar lo que nos venden. Por cierto, no olvidéis pillar la camiseta conmemorativa del evento que queda tela de fardona con los colegas.
Un último apunte amiguetes y ya adelantando el tema que trataré en la próxima entrada. Me faltó este año un Eric Sardinas o un Bonamassa de esos de los guapos que se suelen contratar como cabeza de cartel y que convocan a todos esos viejos e incombustibles rockeros. Porque si hay algo que no puede faltar en un evento de éstos es un "Guitar Hero" metido a bluesman soba mástiles portando con orgullo el estandarte de Blues-Rock, Power-Blues o cualquier otra sandez parecida que le permita cubrir el veranito y hacer caja. Ya sabéis…hay que ser ecléctico y no un maldito talibán como yo, así que id soltando vuestras melenas al viento que yo ya llego un poco tarde…
Lo dicho, ¡¡ Larga vida al Rock!! Y si es Blues-Rock festivalero, mejor que mejor.
Yo disparo
sábado, 7 de febrero de 2015
LA COSA NOSTRA ( tercera parte) despedida, cierre y conclusiones
LCN (tercera parte)
Había prometido perpetrar una tercera y última entrada sobre La Cosa Nostra y aquí estoy, eso es justo lo que voy a hacer. Incluso había prometido a alguien escribir solamente diez entradas (me gusta el número diez tanto como cualquier otro) e irme con viento fresco a tomar por el saco a seguir con mis cositas que no son pocas. Chapar este invento para regocijo de algunos y alivio de otros. No sé..en el fondo creo que le he cogido el gustillo a esto de molestar y enredar un rato, incluso más de lo que soy capaz de reconocerme a mí mismo. Ya lo he dicho alguna vez, cuando el demonio se aburre, mata moscas con el rabo.
Quisiera aprovechar la ocasión para agradecer a todos aquellos que se han sentido aludidos, molestos o quizás ofendidos a lo largo de estas tres entradas. Ellos son sin duda la prueba de que sin mencionar nombre alguno, he conseguido a veces y digo solamamente a veces, dar en la diana. Ellos son la prueba viva de que se puede tomar parte en las cosas, ser activo con respecto a lo que te rodea y no callarse.
Creedme, ponerse al pie de los caballos a veces puede resultar divertido, gratificante pero sobre todo balsámico, al menos para mí. De otro modo se corre el riesgo de ser un simple fisgón, una vecina de patio, un vulgar cotilla y de eso, hay ya bastante.
Gracias por vuestros mensajes privados y vuestros caretos cuando me habéis visto, solamente por eso, merece la pena este blog. I love you all!!
Dicho esto y volviendo al tema que nos ocupa. Soy consciente de que hacer un análisis mas o menos profundo de La Cosa Nostra en particular y poner la casa patas arriba en general en este país, produce somnolencia. Criticar de manera abierta algo, tomar parte y exponerse a cara de perro nos acojona salvo que lo haga el prójimo y nosotros veamos el toro desde la barrera.
Está mal visto eso de complicarse la vida y tocar las pelotas. Sin embargo nos produce un pequeño y agradable palpito en la entrepierna ser espectadores sin riesgo del despelleje ajeno, eso si, siempre y cuando permanezcamos detrás de la cortina, cual pervertido voyeur y que no se nos vea y así, dar rienda suelta entre las sombras, a nuestros odios y envidias mas ocultos, incluso minutos después de habernos pegado un fraternal abrazo con el ajusticiado en cuestión.
Al lío, a lo largo de esta serie han desfilado casi todos los actores que participan en esta comedia. Empresarios, dueños de bares y tiracañas. Ese público en buena parte aletargado y frecuentemente inculto. Nosotros los músicos que actuamos como si la copla no fuera con nosotros, enzarzados en una melé de compañerísmo falso y coleguismo de bareto. Señores, llamemos a las cosas por su nombre, podemos comernos la oreja los unos a los otros cuanto queramos pero lo cierto es que somos competencia directa , las cositas claras, lo cual no tiene porque ser necesariamente malo, por el contrario, se nos complica la cosa sin una mínima capacidad organizativa, no olvidemos eso de los intereses comunes.
En definitiva, fundamentalmente el cañón me apunta a mí y a los míos directamente a la cabeza, independientemente del idioma en el que se cante o el estilo de blues que se toque. La responsabilidad de disfrutar tanto de unas condiciones como de unos derechos laborales dignos, depende única y exclusivamente de nosotros. No se trata de hacer aquí alegatos sindicalistas ni arengas proletarias mas o menos trasnochadas, se trata de usar el sentido común para beneficio de todos. Para los que intentan hacerse un hueco, para los que ya lo tienen y no lo saben defender, para los consolidados, para los recién llegados, para los maduritos, para los que viven de esto y para los que no pero que están batiéndose el cobre como el que mas, para los que intentan dignificar su arte y para las putillas de bareto, porque nos guste o no las cosas están mal y nosotros somos los únicos que podemos cambiarlas al fin y al cabo. Luego, el talento, el trabajo y el arte individual pondrán a cada uno en su sitio.
En este país atestado de perros del hortelano y de comadres resabiadas no quisiera acabar esta última entrada sin poner sobre el tapete algo que me llama poderosamente la atención. Con frecuencia se tacha de mafias a las únicas iniciativas que se mueven en la ciudad y que son a día de hoy el único síntoma de que el enfermo sigue vivo.
Ni como ni dejo comer. Se critica agriamente tanto a la SBM (Sociedad de Blues de Madrid) como a la EBM (Escuela de Blues de Madrid). Iniciativas absolutamente independientes la una de la otra y que guste o no y siguiendo derroteros completamente diferentes hacen un magnífico trabajo de divulgación del Blues en esta ciudad, Basta darse un rulo por el resto del país y hacer una pequeña comparativa para darse cuenta. Chavales, tenéis que salir mas.
En definitiva, mas de lo mismo, a nosotros lo que nos pone cachondos en el critiqueo fácil y seguir cada uno a lo nuestro, se critica por desconocimiento, no se sabe pero se opina, se mezclan las churras con las merinas alegremente porque hablar es gratis, se sienta cátedra para no hacer nada productivo y si hay alguien que lo hace, es un mafioso, un hereje, un maldito masón, se infravalora cualquier iniciativa inteligente por envidia o simplemente por deporte.
Ciertamente todo es mejorable, incluso no tengo porque suscribir todas y cada una de las actividades que se realizan en estas entidades pero estando las cosas como están a día de hoy, a mí personalmente se me saltan las lágrimas cuando veo a gente que hace cosas interesantes., que se asocia y se organiza. ¿Qué sería de nosotros sin la utopía?.
Acabo esta tercera y última entrada sobre lo que he venido en llamar La Cosa Nostra.Sé que no descubro nada nuevo, quien está en el ajo sabe perfectamente que es lo que se cuece por aquí. Incluso imagino que hubiera sido mucho mas popular y entretenido poner a caer de un burro a algún personaje de tantos que pasean su ego y su arte por el circuito. Soy consciente de que un texto que contenga mas de doscientas palabras suele hacer aflorar el bostezo pero me parecía oportuno darle una vuelta y pensar un poco sobre ello. Igual poder pensar es lo único que nos queda.
Sea como sea, al fin y al cabo "Un blues con revólver" es el resultado de la necesidad de ser activista molesto, agitador de marmotas, expositor de opiniones, pensador incómodo para deleite y escarnio, propio y ajeno, un experimento con gaseosa que solo puede salir rana. En realidad, de todo lo anterior, esto último es lo verdaderamente cierto.
Yo disparo
Quisiera aprovechar la ocasión para agradecer a todos aquellos que se han sentido aludidos, molestos o quizás ofendidos a lo largo de estas tres entradas. Ellos son sin duda la prueba de que sin mencionar nombre alguno, he conseguido a veces y digo solamamente a veces, dar en la diana. Ellos son la prueba viva de que se puede tomar parte en las cosas, ser activo con respecto a lo que te rodea y no callarse.
Creedme, ponerse al pie de los caballos a veces puede resultar divertido, gratificante pero sobre todo balsámico, al menos para mí. De otro modo se corre el riesgo de ser un simple fisgón, una vecina de patio, un vulgar cotilla y de eso, hay ya bastante.
Gracias por vuestros mensajes privados y vuestros caretos cuando me habéis visto, solamente por eso, merece la pena este blog. I love you all!!
Dicho esto y volviendo al tema que nos ocupa. Soy consciente de que hacer un análisis mas o menos profundo de La Cosa Nostra en particular y poner la casa patas arriba en general en este país, produce somnolencia. Criticar de manera abierta algo, tomar parte y exponerse a cara de perro nos acojona salvo que lo haga el prójimo y nosotros veamos el toro desde la barrera.
Está mal visto eso de complicarse la vida y tocar las pelotas. Sin embargo nos produce un pequeño y agradable palpito en la entrepierna ser espectadores sin riesgo del despelleje ajeno, eso si, siempre y cuando permanezcamos detrás de la cortina, cual pervertido voyeur y que no se nos vea y así, dar rienda suelta entre las sombras, a nuestros odios y envidias mas ocultos, incluso minutos después de habernos pegado un fraternal abrazo con el ajusticiado en cuestión.
Al lío, a lo largo de esta serie han desfilado casi todos los actores que participan en esta comedia. Empresarios, dueños de bares y tiracañas. Ese público en buena parte aletargado y frecuentemente inculto. Nosotros los músicos que actuamos como si la copla no fuera con nosotros, enzarzados en una melé de compañerísmo falso y coleguismo de bareto. Señores, llamemos a las cosas por su nombre, podemos comernos la oreja los unos a los otros cuanto queramos pero lo cierto es que somos competencia directa , las cositas claras, lo cual no tiene porque ser necesariamente malo, por el contrario, se nos complica la cosa sin una mínima capacidad organizativa, no olvidemos eso de los intereses comunes.
En definitiva, fundamentalmente el cañón me apunta a mí y a los míos directamente a la cabeza, independientemente del idioma en el que se cante o el estilo de blues que se toque. La responsabilidad de disfrutar tanto de unas condiciones como de unos derechos laborales dignos, depende única y exclusivamente de nosotros. No se trata de hacer aquí alegatos sindicalistas ni arengas proletarias mas o menos trasnochadas, se trata de usar el sentido común para beneficio de todos. Para los que intentan hacerse un hueco, para los que ya lo tienen y no lo saben defender, para los consolidados, para los recién llegados, para los maduritos, para los que viven de esto y para los que no pero que están batiéndose el cobre como el que mas, para los que intentan dignificar su arte y para las putillas de bareto, porque nos guste o no las cosas están mal y nosotros somos los únicos que podemos cambiarlas al fin y al cabo. Luego, el talento, el trabajo y el arte individual pondrán a cada uno en su sitio.
En este país atestado de perros del hortelano y de comadres resabiadas no quisiera acabar esta última entrada sin poner sobre el tapete algo que me llama poderosamente la atención. Con frecuencia se tacha de mafias a las únicas iniciativas que se mueven en la ciudad y que son a día de hoy el único síntoma de que el enfermo sigue vivo.
Ni como ni dejo comer. Se critica agriamente tanto a la SBM (Sociedad de Blues de Madrid) como a la EBM (Escuela de Blues de Madrid). Iniciativas absolutamente independientes la una de la otra y que guste o no y siguiendo derroteros completamente diferentes hacen un magnífico trabajo de divulgación del Blues en esta ciudad, Basta darse un rulo por el resto del país y hacer una pequeña comparativa para darse cuenta. Chavales, tenéis que salir mas.
En definitiva, mas de lo mismo, a nosotros lo que nos pone cachondos en el critiqueo fácil y seguir cada uno a lo nuestro, se critica por desconocimiento, no se sabe pero se opina, se mezclan las churras con las merinas alegremente porque hablar es gratis, se sienta cátedra para no hacer nada productivo y si hay alguien que lo hace, es un mafioso, un hereje, un maldito masón, se infravalora cualquier iniciativa inteligente por envidia o simplemente por deporte.
Ciertamente todo es mejorable, incluso no tengo porque suscribir todas y cada una de las actividades que se realizan en estas entidades pero estando las cosas como están a día de hoy, a mí personalmente se me saltan las lágrimas cuando veo a gente que hace cosas interesantes., que se asocia y se organiza. ¿Qué sería de nosotros sin la utopía?.
Acabo esta tercera y última entrada sobre lo que he venido en llamar La Cosa Nostra.Sé que no descubro nada nuevo, quien está en el ajo sabe perfectamente que es lo que se cuece por aquí. Incluso imagino que hubiera sido mucho mas popular y entretenido poner a caer de un burro a algún personaje de tantos que pasean su ego y su arte por el circuito. Soy consciente de que un texto que contenga mas de doscientas palabras suele hacer aflorar el bostezo pero me parecía oportuno darle una vuelta y pensar un poco sobre ello. Igual poder pensar es lo único que nos queda.
Sea como sea, al fin y al cabo "Un blues con revólver" es el resultado de la necesidad de ser activista molesto, agitador de marmotas, expositor de opiniones, pensador incómodo para deleite y escarnio, propio y ajeno, un experimento con gaseosa que solo puede salir rana. En realidad, de todo lo anterior, esto último es lo verdaderamente cierto.
Yo disparo
domingo, 28 de diciembre de 2014
LA COSA NOSTRA (segunda parte)
LCN Segunda parte
La Cosa Nostra es fiel reflejo, como no podía ser de otra manera, de éste sin Dios que vivimos. Eso que viene a ser la vida real, vaya, el día a día en un sitio como éste.
Narcotizados por la televisión, embobados pendientes del fútbol o cotilleando la vida del prójimo, enganchados a cualquier invento que nos mantenga entretenidos, fuera de combate, aborregados, encantados de habernos conocido, adictos a una vida sobre tecnificada, esa que parece pero que no es y que la venden como real e indispensable.
Aturdidos como conejos a los que les han dado las largas.
El panorama del Blues en mi ciudad es desolador. La Cosa Nostra como decía, es fiel reflejo y suma de nuestro carácter castizo y del tiempo que nos ha tocado vivir. Éste, que hemos aprendido a asimilar cabizbajos, obedientes, desorganizados con resignación hispana cual reata de bueyes iletrados pero con Iphone y 4G (como si los bueyes leyeran).
Atemorizados, esperanzados en que en algún momento nos ilumine el espíritu santo. Que el camarero del bar de abajo nos regale ese décimo de lotería que nunca llegamos a comprar o simplemente aguardando a que escampe y poder salvar el culo de manera individual. No vaya a ser que si hacemos mucho ruido nos jodan a nosotros también la poca miseria que nos dejan conservar. Coño y al menos mantener el ridículo papel que hemos decidido interpretar, eso sí, en paz, y sin pensar mucho que luego vienen las cefaleas y la liamos.
No sé..., igual nos caga el palomo con un par de bolos mal pagados o una vez por semana hacer el negociete a la sala de turno organizando una jam en el mejor de los casos o participando en ella, haciéndole gasto al de la barra. Porque nosotros lo valemos coño, porque hay que estar ahí aunque sea para hacer bulto y llenarle la caja a ese emprendedor de la noche, que se la suda el Blues, los músicos, el arte y la madre que parió al demonio pero que anda escaso de ideas últimamente si es que alguna vez las tuvo y que promete por el mismísimo Niño Jesús subir el caché de los músicos diez pavos si la cosa empieza a funcionar.
Lo sé, querido..., la cosa no está para ostias y si no la pillas tú, ya vendrá algún espabilado que trinque la bola, y te coma la tostada incluso por menos pasta, aún así, por ahí vamos mal, rey. En serio, no tengo nada en contra de las jams ni de la gente que las hace, son compañeros al fin y al cabo, a los que salvo contadas excepciones, tengo aprecio y respeto. Que digo yo que habrá que comer aunque sea poco ¿no?
En definitiva, nada en contra siempre y cuando hacerlas, no vaya en detrimento ni de la calidad artística (no hay que olvidar que hablamos de arte, le pese a quien le pese y deben ser los artistas los llamados a dignificarlo), ni de unas mínimas condiciones laborales, esto último , subrayado, en negrita, con retranca y por tocar los huevos que estoy teniendo un momento nostálgico y sigo creyendo vivamente en la reivindicación de unas condiciones laborales que no sean las mismas que las que tienen en Tailandia.
Que para eso somos progresistas de la ostia e hijos y nietos de obreros (al menos yo) y a mucha honra, que a mí lo de las banderas me la sopla con viento de poniente pero mis derechos que no me los toque ni Dios.
Que nadie se me ofenda y que cada palo aguante su vela, si alguno siente picor, ¿qué vamos a hacer?, ya lo lamento, que deje los ajos, solo él puede saber el por qué del prurito
.
En otro orden de cosas. Los bares y salas que en otro tiempo apostaban por la música en directo, cierran o abandonan el barco antes del naufragio. Los que sobreviven pese a multas, licencias que nunca llegan o sanciones municipales, salvo contadas excepciones, que las hay , intentan hacerlo a la española, sacar el beneficio de las costillas del trabajador, en éste caso de las del músico, como está mandao, por la gracia de Dios.
Ahora viene la pregunta del millón ¿Porqué si tengo un negocio cuya fuente de ingresos proviene de la música en directo, no cuido, fomento, promuevo e incremento esa misma fuente de ingresos? La he puesto fácil , de perogrullo ¿eh?. Efectivamente, se llama mentalidad empresarial española.
Conozco al menos un par de casos en los que la sala o garito en cuestión saben que es lo que venden y actúan en consecuencia , ofertan, promueven y se buscan la vida de manera honesta, benditas excepciones.
En lo general, me temo que nos enfrentamos a cuatro tiracañas metidos a empresarios de la noche que lejos de buscar opciones interesantes y de calidad, imponen una jam como mucho, llegado el caso y ya con el agua al cuello. Incluso hay quien haciendo alarde del no va más de la "innovación empresarial" programa bandas noveles que le peten la sala. Que le garanticen el pan para hoy y el hambre para mañana sin cuestionarse en absoluto, el más mínimo nivel de calidad artística o la vulnerabilidad de su línea de negocio dados los tiempos que corren.
Aunque bien mirado, igual primero deberían saber que es una línea de negocio.Una puta pena amigos, creo que ya lo he dicho alguna vez, lo malo de este país es que está lleno de españoles.
En cualquier caso y bajo mi punto de vista, la piedra angular en esta Cosa Nostra, nos guste o no, son los músicos. Especie peculiar donde las haya, rebeldes y contestatarios en otro tiempo, han sido absorbidos junto con todo lo demás por un sistema que les impide profesionalizarse pero que perversamente les reserva un magnífico instante de gloria en las redes sociales. Lo inmediato, la foto, los cincuenta pavos de hoy y los treinta de mañana, sordos, tontos y mudos. Eso sin olvidar el intrusismo laboral tan en boga en tiempos de crisis.
El hambre agudiza los sentidos, querido Lázaro, cualquiera toca, da clases o vende humo, cuestión de hocico supongo, hay que llenar la barriga y si no, al menos masajearse el ego de vez en cuando. Hay que joderse, yo canto, tú cantas, él canta, el talento crece hasta debajo de las aceras últimamente.
Hablando de cantar y con la que está cayendo, en lugar de hacer piña y aunar fuerzas, algunos mantienen encendidos debates sobre el sexo de los ángeles y si el Blues se tiene que cantar en inglés o en español.
Y digo yo que habrá cosas buenas y bien hechas pero acaso, ¿Mola una mierda de letra en un blues cantado en español aunque sea con acento de Valladolid? Y lo que es más preocupante ¿sin fraseo de blues? Joder, ¿soy un talibán? ¿Soy anti español?, ¿bobo tal vez? Esto último puede pero, tal y como yo lo veo, solo depende del ingenio y del arte que se le ponga, otra cosa será que se venda mejor o peor.
Por otro lado ¿Alguien entiende a la mayor parte de los cantantes patrios atacando una letra en inglés? que digo yo que cantarán en inglés, porque repiten mucho eso de "baby, baby" al final de cada verso. Eso sí, con acento de Carabanchel que ese si que lo entiendo de lujo. ¿Alguien cree que con un nivel de CCC básico se puede hacer creíble lo que cantas?.
He visto a mas de un guiri poner ojos de chino en algún local del circuito mientras intentaba descifrar que coño estaba diciendo el tipo del micrófono.
La polémica sobre el idioma a usar me parece de instituto, la batalla está en otro lado, creo que todo cabe y es válido en la medida que sea bueno. Aquel que decide cantar en un idioma o en otro ha de asumir las consecuencias y burlárselo como mejor pueda o sepa.
Quiero pensar que el público, en definitiva, decide lo que le gusta y lo que no, juzga con mas o menos criterio lo que le parece autentico o cutre. En resumen, no veo ninguna conspiración judeo masónica por ningún lado.
Me da que detrás de este absurdo e inútil debate subyacen otro tipo de intereses mas particulares y menos artísticos o filológicos, rencillas personales que a mí, en ningún caso me interesan mas allá de destapar determinadas intenciones y decir básicamente lo que me venga en gana.
Sé que el cuadro que pinto no es muy esperanzador, patético y cutre mas bien, podríamos decir que dan ganas de no mojarse ni los tobillos, que esto está que pela. Le entran a uno ganas de salir corriendo y dedicarse tan solo a seguir tocando los huevos sin más y echarnos unas risas, que eso se nos da de puta madre, a mí el primero.
Podría permanecer impasible y dejar que esto se nos pudriera entre las manos, que se nos siguiera llenando la boca de quejas y reivindicaciones gremiales cual convidados de piedra, mientras nos tomamos una copa en La Coquette y ponemos a parir a éste y al otro...
Siempre es inteligente guardar algo de munición por si las moscas, al menos eso dicen en las pelis de gangsters, lo dicho, mas balas y conclusiones en la tercera y última parte.
Yo disparo
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